viernes, noviembre 03, 2006

Las aventuras de "El Vale": En un otoño de Luleå



Joda mi llave. Resulta que estaba yo bacanito en la universidad y tal, y me dió que cipote filomena, y pa más piedra, en ese momento estaba pelao. Joda llave, y se me dió por hacer la dieta del gamín, que te da hambre y te acuestas a dormí. Arajo compa, y me he acostao yo sobre la nieve; esa vaina blanca que parece raspao, tu sabes; y me quedé rendío. Me puse a soñar con que tenía un carro y vaina. Cule sueño peliculero, de espilver y vaina; pero ahí estaba yo, con cule nave bacanita, cuatro puertas, vidrios polarizados y de cuanta vaina; hasta tenía por dentro un picó, el vergajo. Nofriegue mi llave, pero en ese momento como que el filo se revolvió con el frío y como que en el sueño se me acabaron las frunas porque me voltié y la nave se me había convertido en una panadera. Arajo mi llave, y yo más emocionao con la navecita.


Pero bueno, al rato me desperté y tenía las manos ful heladas. Joda llave, que vaina pa congelarte las manos el raspao ese y que nieve. Me acordé cuando me iba yo atrás del man del raspao pa que me diera un raspao de yelito namá a cambio de un menudito. Pero en ese momento yo si menté madre, cuadro. Tenía las manos vueltas eme, vale. Me paré y me sacudí, como dice la canción, y salí puyao pal baño a meter las garras en agua caliente. Arajo llave, que alivio que sentí; pero igual me dolían las nomas.

La madre, no vuelvo a comer raspao, loco. O por lo menos me los comeré en vasito porque en los conitos de papel ya no aguanta, mi vale.

El Vale